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sábado, 7 de junio de 2008

Día de la Bandera peruana

Como cada año, los peruanos renovamos hoy el Juramento de Fidelidad a la Bandera roja y blanca.

Conmemoramos el 128 aniversario del sacrificio del coronel Francisco Bolognesi y de sus valientes hombres en la Batalla de Arica. Pese a que el enemigo era muy superior en número y en armas, ellos decidieron inmolarse en defensa de la patria, el 7 de junio de 1880, durante la Guerra con Chile.

Les rendimos homenaje con estos versos del vate Abraham Valdelomar, pertenecientes a su Tríptico Heroico, dedicado a los niños del Perú.

ORACIÓN A LA BANDERA


¡Bandera, ala de la victoria, puro símbolo de la Libertad. Tabor de sacrificio, dorado cofre de esperanzas, nido caliente de leyendas, yema fecunda de viriles frutos, meta ideal de las claras conciencias!
¡Bandera, ala de la victoria! cerebro, corazón y músculo de la patria; razón de vida de generaciones, anhelo invívito y latente de los pueblos, orgullo de las sociedades: palanca y volante, timón y hélice de las razas.
¡Bandera, ala de la victoria! Sueño casto y dorado en el cerebro infantil; estímulo fuerte, impulso viril, radiante anhelo en la vigila del hombre, dulce y amada forma eucarística en el corazón de la madre; único sueño de la juventud!
¡Bandera, ala de la victoria!
¡Síntesis de la patria, suma concreción y extracto de los ideales más puros!
¡Bandera, ala de la victoria!
¡Cielo de los vivos, alma de los muertos, patria de los héroes!


Bendita y adorada seas por los hombres de sano corazón y fuerte músculo;
bendita y alabada seas por los niños de casto corazón y ágil impulso;
bendita y alabada seas por los nobles de corazón y duro puño;
bendita y adorada en el hogar y en el templo, en la plaza pública y en el taller, sobre los campos fértiles y sobre las urbes populosas, guiando a los ejércitos y a las seguras naves de combate, bendita y alabada seas en medio del fragor de los combates, sobre los rostros angustiados por la muerte, sobre los brazos extendidos al cielo por la victoria, sobre la tumba de los caídos y sobre los capiteles de los monumentos.


Bendita y adorada, allí donde hay una conciencia limpia y un cerebro claro y un corazón viril;
bendita y adorada seas cuando te haces cuerpo en la plegada tela de un pabellón y te haces alma desplegando tus alas al viento sobre una torre de combate y cuando te haces ideas en lo más íntimo del espíritu del hombre.


Bendita seas porque en tus rojos pliegues está la sangre de mi sangre, la sangre de mi padre y de mi madre, la sangre de mis abuelos, la sangre que por ti derramaron todas las generaciones;
bendita seas porque pensando en ti los niños nos haremos más buenos; porque viendo en extraña tierra tu imagen sentiremos el beso de la madre, el beso de la hermana, el afecto lejano y el bienestar distante;
bendita seas porque tú encarnas el ideal sobre la tierra; porque tú eres el ideal mismo hecho ala en el viento y pliegue bajo el azul del cielo.
Porque fuiste ave con Chávez, gloria pujante con Elías Aguirre, ala con Ugarte, sudario con Grau, anhelo con Túpac Amaru, idea con Unanue, músculo y nervio con Zela, gracia con Palma,
porque tú eres la máquina y el órgano, la acción y el impulso, la carne y el símbolo, la conciencia y la voluntad;
porque abriste horizontes al Perú en manos de los Incas,
porque abriste nuevos caminos sobre las olas inestables,
porque llenaste de nombres gloriosos las páginas de la Historia,
bendita seas, ¡Oh bandera, ala de la victoria!, allí donde haya luz y alma y amor heroísmo y juventud y anhelo e ideal.


¡Malditos sean los que no siguen tus colores,
malditos sean los que no te adoren de rodillas,
malditos sean los que no sueñen con tu grandeza!
En nombre del cielo hondo y de la tierra óptima;
en nombre de los héroes y ciudadanos,
en nombre de la vida y de la muerte, de los elementos y de los principios,
en nombre del alma íntima de la Naturaleza,
malditos sean los que no te amen sobre todas las cosas, los que no sacrifican por tí a sus padres, y a sus madres, a sus hijos y a sus hijas; y a sus esposas;
malditos sean los que no te entreguen cuando lo pidas su caudal, su oro y su trabajo, su vida y heredad.

Hija de San Martín, nieta de Manco Cápac, madre de Grau y Bolognesí, en el día glorioso de tu aniversario, en la hora magna de la Libertad, aquí, bajo la paz del cielo claro y convexo, ante la cruz de la religión y ante la espada del heroísmo, ante la legión infantil que te venera y canta, yo, niño aún, que seré mañana ciudadano joven y fuerte, en nombre de las generaciones en primavera, te hago el voto de mi vida en flor y te saludo.
¡Oh bandera, ala de la victoria, alma y sustancia de la libertad, símbolo augusto de la patria libre!.





Pedro Abraham Valdelomar Pinto nació en Ica, el 27 de abril de 1888, y murió prematuramente en Ayacucho, el 2 de noviembre de 1919. Fue un narrador, poeta, periodista, ensayista y dramaturgo peruano. Valdelomar, cuyo retrato intercambiamos cada vez que usamos un billete de 50 soles, fue una de las mentes más brillantes del siglo pasado y es considerado uno de los mejores cuentistas en lengua hispana, junto a Julio Ramón Ribeyro.



Citas anteriores a poetas peruanos:
- Hallan muerto al poeta Alejandro Romualdo (28 de mayo de 2008)
- Cruci-ficción (21 de marzo de 2008)

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