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sábado, 28 de julio de 2007

La Invocación del amauta Emilio Barrantes

El martes 24 de julio, a los 103 años de edad, falleció el maestro Emilio Barrantes Revoredo, Amauta, refundador del sistema educativo peruano, Profesor Emérito y ex decano de la Facultad de Educación en la Universidad San Marcos.

Había nacido en Cajamarca, en 1903.

Escribió varios libros, pero hay una hoja suelta de cinco párrafos titulada Invocación en la que condensó el credo de su vida y que solía obsequiar a todo el que tenía la feliz idea de visitarlo en su casa de Miraflores, frente al mar.


INVOCACIÓN

Empecemos por amar la Tierra, por venerar al Sol, por vivir con un sentimiento cósmico; por asombrarnos y deleitarnos ante el prodigio de la Naturaleza.

Apartemos la mirada, por un momento siquiera, de las peripecias cotidianas y contemplemos el cielo, el mar, el valle, la fluidez del agua cristalina, la comunión de los árboles, la sucesión del día y de la noche. Detengámonos arrobados al escuchar el trino de un ave, al contemplar una flor, al sumergirnos en el seno del Milagro cotidiano.

Dejemos por un instante que nuestra vida prosaica se ilumine con el albor de la poesía, que aflore el ensueño, que nos corone la esperanza y que el amor disipe el rencor y el odio para siempre.

Seamos fieles a nuestro Destino. Hemos nacido para servir o para soñar, para anegarnos en el amor o para diluirnos en la acción, para embellecer las cosas o para revelar su raíz profunda, para acudir a la palabra o el sonido, para recrear la luz a delinear las formas dictadas por una instancia del Universo.

Veamos en cada país un trozo de Tierra y un trozo de Humanidad; en cada ser viviente y pensante, un hermano; en cada momento, una oportunidad para amar y servir.

Emilio Barrantes

Amauta Emilio Barrantes Revoredo


Antes de que los sucesivos gobiernos de los últimos 30 años dejaran que la educación peruana se fuera al garete, don Emilio Barrantes fue uno de los gestores de la reforma educativa básica.

En 1969, presidió la Comisión de la Reforma de la Educación y, junto a Augusto Salazar Bondy, realizó un diagnóstico de la problemática educativa. Propuso la reforma integral, concibiéndo la educación como un sistema que abarca desde el nivel inicial hasta el superior.

Miembro ilustre de la generación del 50, el amauta Emilio Barrantes estudió secundaria en el Colegio Nacional San Ramón de Cajamarca y se graduó como normalista en 1930, en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones.

En 1932, fue director del Instituto Moderno de Primaria. Con el mismo cargo pasó al Centro Escolar Nº 484 de Palca, población de Tarma ubicada a la entrada del valle de Chanchamayo. Allí dirigió y evaluó la organización de una comunidad de niños y profesores. En 1938 es designado profesor de Historia del Perú en el Colegio Santa Isabel de Huancayo.

Posteriormente se trasladó al Colegio Nacional Alfonso Ugarte en la capital, Lima. En 1941, asumió la jefatura de la Sección Pedagógica de Educación Secundaria y cooperó en la renovación de los planes y programas curriculares de ese nivel. En 1946 enseñó en el Instituto Pedagógico Nacional. También presidió la Junta Permanente de Coordinación Educativa así como la Comisión de Estudios de la Situación del Magisterio.

En 1946 completó sus estudios superiores en la Sección Pedagógica de la Facultad de Letras de San Marcos, optando el grado de doctor en Pedagogía con la tesis: La educación secundaria en el Perú. Ese mismo año integró la plana docente de la recién creada Facultad de Educación de esa casa superior de estudios.

En mérito a su prolífica producción editorial y a su trayectoria docente fue elegido decano de la Facultad de Educación de San Marcos durante dos períodos (1956-1961 y 1964-1967) y recibió la distinción de Profesor Emérito en 1968.

Algunas de sus publicaciones fueron: Pedagogía, Vida en las aulas, Tarea que debe cumplir la educación en el Perú, La historia de la educación en el Perú, La escuela humana, Perspectivas y análisis de una realidad cambiante.

El Ministerio de Educación le concedió las Palmas Magisteriales de Primera Clase en 1965 y obtuvo el Premio Nacional de Fomento a la Cultura ese mismo año.

Presidió la delegación peruana a la XVIII Asamblea General de la UNESCO en 1974. Recibió los doctorados honoris causa de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle en 1993 y de la Universidad Particular Inca Garcilaso de la Vega en 1997.

El 2003, le vuelven a otorgar las Palmas Magisteriales, esta vez en el grado de Amauta.

Barrantes afirmaba que él no había escogido a la educación, sino que ésta le había escogido a él. También creía que la educación es una proyección del Perú: "La realidad actual del Perú, indica la situación de la educación", aseguraba.

En el año 2004, a los 101 años de edad, publicó Luz de los ojos. Testimonio de vida, su último libro publicado. En el escribió: “No fumo, no bebo, no he dicho una sola palabra de halago a otra mujer que no sea la mía. No he mentido nunca, no he engañado a nadie, no me he apropiado de lo ajeno. Mi palabra es sagrada”.

Desde el jueves 26 de julio, el cuerpo del maestro reposa en paz en el cementerio Parque del Recuerdo de Lurín, al sur de Lima.